Los participantes son conocidos como “WWOOFers”,  quienes pueden vivir y trabajar en una granja durante un período acordado, que puede variar desde unos pocos días, hasta varias semanas (o incluso meses).

Consideraciones importantes:

1. Un WWOOFer no está de vacaciones; el trabajo puede ser muy duro.
2. Si se cuenta con flexibilidad de fechas y ubicaciones, es más fácil improvisar. En cambio, si uno dispone de un tiempo limitado para vivir la experiencia, lo ideal es organizarse con anticipación.
3. Decidir qué tipo de trabajo se desea realizar, es clave: ¿en una granja?, ¿con animales?, ¿en una plantación?
4. Preguntarse si uno desea convivir con otros WWOOFers o hacer la experiencia solo, también es importante. Algunos anfitriones aceptan un solo voluntario a la vez, mientras que otros pueden aceptar hasta quince.
5. Respecto al alojamiento, hay diversas opciones. Existen opciones de espacios propios, hasta carpas. Informarse es el mejor camino para evitar sorpresas.

El WWOOFing es una forma de intercambio cultural y educación mutua. Los voluntarios tienen la oportunidad de aprender sobre prácticas agrícolas sostenibles y cuidado del medio ambiente, mientras que los anfitriones pueden recibir ayuda adicional en sus granjas y compartir su conocimiento sobre la vida rural y la agricultura.